Laporta perdió el poco crédito que aún conservaba.
En la Trobada Mundial de Peñas vendió un discurso propio de un político. Atacó a la prensa, culpándola de no ser barcelonista, arengó a los peñistas para apoyar al equipo en las dos competiciones por las que todavía lucha el equipo, remarcó la buena situación a nivel económico del club, y dió esperanzas a los barcelonistas, (que no son tontos, señor Laporta) para cosechar el título de Liga, que a estas horas parece ya inalcanzable.
El señor Laporta discrimina a las peñas, al socio, y sobretodo, a los culés no catalanes. Con éste último mítin, no hace otra cosa que perder credibilidad. Vendió algo que ni él mismo cree. Y sobretodo, vendió ilusión barata, muy barata. No pido el cese de nadie a estas alturas de la temporada, pero sí una mejor planificación de la próxima campaña, sobretodo de cara al equipo, al socio sobretodo y a las peñas.
"Me resisto a decir que estamos tan mal como algunos quieren hacer ver".
No, señor Laporta, usted también está mal.
lunes, 7 de abril de 2008
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1 comentario:
La gente puede estar de acuerdo o no, con tu post (Tranquilo, es acertado en un alto porcentaje ;) ) Pero con lo que no estoy de acuerdo es con la política de dar armas al enemigo. esto es una fisura, que la prensa, radio y TV ya utilizan en nuestra contra. Y eso me indigna por que llega al punto de provocar un cisma entre los barcelonistas y no lo sabemos ver :(
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